Angélica Teuta es una artista nomádica colombiana que llegó recientemente a Bogotá luego de realizar sus estudios de maestría en Artes Visuales en la Universidad de Columbia en Nueva York, gracias a la Beca de Jóvenes Talentos del Banco de la República (2013) y Colfuturo.
Ella crea instalaciones in-situ donde sumerge al visitante en un ambiente fictional que habla acerca del contexto o necesidades que ella y personas a su alrededor experimentan. Inspirada por los teatros fantasmagóricos del siglo XIX, Teuta usa luz, proyecciones, máquinas en desuso, materiales reciclados y sonido. Sus elementos en el espacio son visibles y fáciles de copiar; no pretende engañar al observador, pero sí inspirarlo para que a través de la curiosidad recree ambientes por ellos mismos.
Frecuentemente usa imágenes y conceptos de paisaje natural de una manera ficticia como una representación nostálgica del mundo urbano. Ella está interesada en darle al visitante una experiencia perceptual que ayude al visitante a pensar sobre el mundo en el que vive. Utopía, fantasía, memorias de infancia, espacios de ensueño, ambientes zen y naturaleza son temas que prevalecen en su obra.
Su más reciente investigación involucra el concepto de Arquitectura Emocional en donde empieza a mezclar sus ambientes oníricos con sus nuevos intereses en diseño de interiores y arquitectura; diseñando microespacios dentro espacios ya establecidos, logrando un universo fantástico y narrativo. Combina y comenta, además, representaciones de hábitats en animales con el hábitat de la población urbana.
Los gatos durmientes exhibidos en la muestra Vida-no orgánica de Permanente, 2 Octubre- 12 Noviembre 2015, hacen parte de estos ejercicios de Arquitectura Emocional. Son 4 gatos no reales ubicados por diferentes rincones de la casa, ellos adoptan la forma de un gato dormido a tamaño real, el cual respira gracias a un motor que se mueve en su interior con baterías y su pelaje es piel real de animales donados por dueños de mascotas en Estados Unidos a través del grupo de taxidermia “Ethical fur”. La idea es provocar un sentimiento de ternura contrapuesto a la sensación macabra que produce al tocarlo y encontrar demasiada similitud entre el objeto y la mascota real. Aquí se piensa en la acción de mascotización como un objeto de colección, así como la idea de observar cómo estos animales actualmente hacen parte de la arquitectura o espacio de vivienda suministrando compañía para reducir niveles de ansiedad y problemas de soledad.
Para ver mas sobre la obra de Angelica visite: www.angelicateuta.com